Sobre las prácticas pre profesionales - Parte 1
Acerca de porqué se siguen ofreciendo prácticas antiprofesionales
Mucho se ha dicho sobre las modalidades formativas laborales más conocidas como "prácticas pre profesionales" en nuestro medio. Y claro, esto pasa cada vez que aparece un aviso de requerimiento de personal "practicante" cuyos requisitos corresponden a los de un egresado a tiempo completo (entre otras exigencias de género, apariencia física, edad, etc.), la indignación se evidencia y hay un rechazo a estos ofrecimientos, sin embargo se siguen aceptando.
Así tenemos una explicación de cómo se reproduce la mediocridad a partir de la necesidad de las personas mediante prácticas antiprofesionales (pues va contra el perfeccionamiento de nuestra profesión). Ello solo ha servido para desprestigiar nuestra labor, y desmerecer méritos que muchos profesionales se esfuerzan en hacer para fomentar el buen ejemplo. También es cierto que, acéptenlo:
- Muchos profesionales no se inmutan ante el maltrato a los practicantes.
- Muchos practicantes sufren maltratos pasivamente (desde el momento que aceptan un mal contrato).
- Muchos profesionales cometen (inconscientemente o no) malas prácticas de trabajo con su personal de apoyo practicante.
- Muchos desconocen la Ley 28518 que regula las Prácticas Preprofesionales y Profesionales (ver aquí, aquí y aquí).
Asimismo, muchos creen que un medio hostil de trabajo puede servir a los practicantes para que se "fogueen" en la dura realidad, y así aprendan mejor de la mala experiencia, en efecto aprenden, pero aprenden mal, y el error se propaga porque bueeeno (dicen algunos desubicados colegas) “son practicantes, por eso se les paga poco”. De esta manera, jamás asimilan errores, al no tener supervisión (o al ser esta deficiente) los errores se multiplican, y se interiorizan, se hacen parte del hábito personal, la institución pierde, el profesional se estanca, nuestra imagen decae, todos perdemos. Cambiar ese estilo de trato es clave para formar al practicante más exigente consigo mismo, así aumentar sus competencias, su eficiencia, y promover jóvenes líderes. Afortunadamente, hay profesionales (y no creo que seamos pocos) que se preocupan por su personal, y aseguran una labor cooperativa de aprendizaje que genera confianza y pasión por el trabajo.
Mucho se ha dicho sobre las modalidades formativas laborales más conocidas como "prácticas pre profesionales" en nuestro medio. Y claro, esto pasa cada vez que aparece un aviso de requerimiento de personal "practicante" cuyos requisitos corresponden a los de un egresado a tiempo completo (entre otras exigencias de género, apariencia física, edad, etc.), la indignación se evidencia y hay un rechazo a estos ofrecimientos, sin embargo se siguen aceptando.
Así tenemos una explicación de cómo se reproduce la mediocridad a partir de la necesidad de las personas mediante prácticas antiprofesionales (pues va contra el perfeccionamiento de nuestra profesión). Ello solo ha servido para desprestigiar nuestra labor, y desmerecer méritos que muchos profesionales se esfuerzan en hacer para fomentar el buen ejemplo. También es cierto que, acéptenlo:- Muchos profesionales no se inmutan ante el maltrato a los practicantes.
- Muchos practicantes sufren maltratos pasivamente (desde el momento que aceptan un mal contrato).
- Muchos profesionales cometen (inconscientemente o no) malas prácticas de trabajo con su personal de apoyo practicante.
- Muchos desconocen la Ley 28518 que regula las Prácticas Preprofesionales y Profesionales (ver aquí, aquí y aquí).
Asimismo, muchos creen que un medio hostil de trabajo puede servir a los practicantes para que se "fogueen" en la dura realidad, y así aprendan mejor de la mala experiencia, en efecto aprenden, pero aprenden mal, y el error se propaga porque bueeeno (dicen algunos desubicados colegas) “son practicantes, por eso se les paga poco”. De esta manera, jamás asimilan errores, al no tener supervisión (o al ser esta deficiente) los errores se multiplican, y se interiorizan, se hacen parte del hábito personal, la institución pierde, el profesional se estanca, nuestra imagen decae, todos perdemos. Cambiar ese estilo de trato es clave para formar al practicante más exigente consigo mismo, así aumentar sus competencias, su eficiencia, y promover jóvenes líderes. Afortunadamente, hay profesionales (y no creo que seamos pocos) que se preocupan por su personal, y aseguran una labor cooperativa de aprendizaje que genera confianza y pasión por el trabajo.
Comentarios
Yo hice practicas alli hace un año y ahora un conocido también las hace y se que hasta ahora no se les da ni siquiera un pago significativo a sus practicantes.
Estoy enterado que las instituciones publicas y/o privadas deberian de darle un incentivo economico a sus practicantes , pero muchas no lo hacen como en este caso.
Creo que muchos Quisieran saber si existe algun lugar a donde acudir o una pagina web , para solicitar algun tipo de ayuda o supervision a este tipo de instituciones que hacen que los practicantes se sientan abusados .