La cultura como factor de desarrollo para las naciones.


Acerca de la conferencia de Alfons Martinell: Cooperación Cultural para el desarrollo (2008, 21 de enero)

A destiempo reseño la presentación de uno de los más renombrados expertos de la gestión cultural en España (y en el mundo). Llamó la atención la importante cantidad de asistentes muchos de los cuales no pudieron ingresar al Centro Cultural y tomar nota de la disertación en la que el doctor Martinell enfatizó sobre las posibilidades de desarrollo social a través de la cooperación y la aplicación de competencias culturales basados en tres pilares. El primero viene a ser la política de estado, como eje de apoyo que puede generar una cohesión social en favor del crecimiento económico y social, pero sobretodo, en la valoración de la identidad cultural que distingue a las poblaciones desde sus raíces históricas. Sin embargo, se tiene una visión muy antropológica acerca de la definición generalizada de lo que es cultura, lo que contribuye a una visión reduccionista del concepto; Martinell objeta aquello y propone una mayor perspectiva que abarca temas respecto de la diversidad cultural, inversión social, ciudadanía, representación simbólica de los sistemas de gobierno, democracia, derechos humanos, ideologías, etc.

En el segundo pilar, la cultura constituye además un valor intangible que se basa en la representación de los elementos enumerados en el párrafo anterior, y se manifiesta también en la creatividad, la innovación que mejora la calidad, la búsqueda de la excelencia que se decanta en la "cultura del ser excelente". El tercer pilar revalora la dimensión de los impactos, por ejemplo en la dimensión socioeconómica, el crecimiento del PBI, y los indicadores de empleo generados gracias a la gestión cultural, la inversión social es relevante a la hora de notar los índices de empleo inducido, profesionales no culturales que viven de la cultura (economistas, comerciantes, transportistas, ingenieros, etc.) tienen protagonismo y mucha repercusión en la transformación de propiedades y espacios urbanos en bienes culturales lo que denota un valor de crecimiento económico. Hoy se habla mucho sobre la nueva dimensión de la cultura, en el sector turismo se da una suerte de industria cultural que requiere de espacios de oferta, concientización de los actores acerca de sus capacidades e incapacidades, la formación de políticas de desarrollo. Desgraciadamente en Perú, las autoridades "del sector cultural" están mal acostumbradas a no aprovechar las potencialidades de una nación riquísima, con una diversidad sociocultural y productos de bandera que otros países envidian a veces con poco control. El protagonismo de la colectividad es básico para un entorno favorable con capacidad de inversión, esto refuerza la gobernancia cultural para institucionalizar y establecer políticas culturales con la legislación debida en favor del desarrollo.

En los 90, los planes de ajuste estructurales en América Latina redujeron recursos a la cultura perdiéndose identidad y capacidad en la defensa del interés general en la cultura y la memoria colectiva. Esto se ha arraigado hasta la actualidad por lo que aún se nota cierta resistencia en los sectores más conservadores en cuanto a la búsqueda de la verdad de los hechos, la falta de exhaustividad en la descripción de la historia, la antirealidad fomentada en los gobiernos más corruptos deja muchas lecciones aprendidas, pero poco aplicadas en la actualidad. La facilitación del acceso a la cultura está condicionada al desarrollo económico, por lo que es imprescindible una mejora en los servicios públicos, la educación, por ejemplo. La disertación nos deja una reflexión en la que todos debemos ser partícipes si queremos que al menos, paulatinamente se pueda mejorar la situación, está en nosotros el deber de exigir a nuestros gobiernos una real política cultural que fortalezca y aproveche las capacidades de desarrollo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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